La nariz de un gato sano debe de estar ligeramente húmeda, con ese puntito brillante que a veces se le ve. Pero lamentablemente es muy difícil protegerlo de todo, por lo que es probable que más de una vez en su vida se resfríe, especialmente si tiene permiso para salir al exterior. Y por supuesto, más de una vez nosotros diremos »mi gato tiene mocos».
Si bien el resfriado es una de las causas más comunes, hay otras que conviene saber para actuar lo antes posible con el fin de que el peludo se recupere lo antes posible. Así pues, en Noti Gatos te vamos a explicar cuáles son esas causas y cuál es su tratamiento.
¿Por qué mi gato tiene mocos?
Los motivos por los cuales nuestro amigo presenta secreciones nasales son muchas y muy variadas. Entre las principales encontramos:
- Presencia de cuerpos extraños en sus fosas nasales, como una espiga.
- Alergia, ya sea al polvo, al polen, o a los productos que utilicemos para limpiar el hogar.
- Pólipos nasofaringeos, que son crecimientos anómalos en alguna parte de la nariz o de la faringe.
- Cáncer.
- Resfriados y/o gripes.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento variará según la causa, por lo que más recomendable es acudir al veterinario para que le haga un examen completo para que pueda, así, hacer un diagnóstico y tratar al peludo. El profesional le hará una serie de pruebas y exámenes (radiografías, exploración de la nariz y de las vías respiratorias, análisis de sangre, biopsia) para averiguar qué es lo que le ocurre.
Una vez se sepa el diagnóstico, se procederá a tratarlo, ya sea dándole antiinflamatorios o antialérgicos, radio o quimioterapia en el caso de que tenga cáncer, extrayéndole el cuerpo extraño, etc.
Las secreciones nasales en el gato a veces pueden ser un síntoma de una enfermedad grave, por lo que en caso de duda, es importante que un profesional lo examine.