Cuándo eutanasiar a un gato

Gato adulto de ojos azules

Esta es, con diferencia, la pregunta con más difícil respuesta. Ninguno de los que queremos a nuestros amigos peludos pensamos en ello, en el día en el que por enfermedad o por edad debamos decirle adiós para siempre. No pensamos en ello simplemente porque están vivos, están respirando, y porque les tenemos tanto cariño que la sola idea de separarnos de ellos nos afecta.

Para ayudarte, te vamos a decir cuándo eutanasiar a un gato.

Hoy en día gracias al avance de la medicina veterinaria un gato sano puede vivir muchos años: hasta 20. Pero a medida que el tiempo pasa y su cuerpo envejece, se van a producir una serie de cambios en su rutina que nos harán saber que, lamentablemente, ya no es el gatito travieso ni el gato adulto tranquilo y cariñoso que era hace poco. Cambios como dejar de usar la bandeja de arena, comer menos, pasar más tiempo descansando, dejar de asearse con la frecuencia de siempre, son sólo algunos que todo felino va a experimentar a partir de algún momento de su vida.

Decidir cuándo es el momento de dormirlo, es muy difícil. Pero hay varias señales que te servirán para saber cuándo ha llegado la hora:

  • Si el gato tiene dificultades para hacer vida normal; es decir, si ya no come, o si está muy enfermo y el veterinario ya no puede hacer nada más por él.
  • Si tiene problemas para respirar, y además siente dolor agudo en alguna parte de su cuerpo.

¿Cómo lo sacrifican?

Gato con ojos verdes

Cuando finalmente se ha tomado la decisión, puedes optar por estar con él o dejar que esté solo con el veterinario. Yo te puedo decir que estuve con una gatita que estaba muy enferma y estaba sufriendo mucho, y aunque por una parte me queda el consuelo de que no tuvo una muerte dolorosa ni estuvo sola, fue terrible.

Lo primero que hizo fue ponerle la anestesia para que se durmiera y no sintiera ningún tipo de dolor, y finalmente le administró el narcótico que pondría fin a su sufrimiento, y sí, que intensificaría el mío…

Cuando todo acabó, la introdujo en el transportín y me la llevé al jardín donde la enterramos. Antes de ponerla en su lugar de descanso, me despedí de ella de nuevo. La cogí en brazos, y le di un último beso en su pequeña mejilla.

Recuperarse de una pérdida lleva tiempo. No tengas prisa ni permitas que los demás se burlen de ti. Es normal sentir dolor y tristeza cuando se pierde a un ser querido: ello nos hace humanos.

Mucho, mucho ánimo.


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