Todos aquellos que tenemos un gato (o varios) nos preocupamos por ellos, y no queremos que enfermen ni le pase nada malo. Especialmente cuando son todavía cachorros, su sistema inmunológico se puede debilitar mucho hasta el punto de poner en peligro la vida del animal.
Una de las enfermedades más temidas es el parvovirus felino. Es muy común en gatos, por lo que te vamos a explicar cómo saber si mi gato tiene parvovirus.
¿Qué es el parvovirus?
El parvovirus felino, también llamado moquillo felino, es una enfermedad transmitida por un virus: panleucopemia. Es muy contagiosa, ya que este es un virus que se encuentra en el ambiente y, por lo tanto, todos los gatos están expuestos en algún momento. Es muy recomendable (de hecho, es obligatorio en muchos países como España) ponerle la vacuna contra el virus cuando es un gatito, pues avanza muy rápidamente destruyendo las células que se dividen rápidamente, como las que se encuentran en los intestinos o en la médula ósea. Además, también puede provocar abortos, pues afecta a los fetos en desarrollo.
Síntomas del parvovirus
Para saber si nuestro gato ha sido infectado tendremos que observar algunos de estos síntomas en él:
- Depresión: empezará a sentirse sin ganas de nada, pudiendo pasarse largos ratos en un mismo lugar sin moverse.
- Fiebre: cuando el virus ha infectado el organismo, éste tratará de eliminarlo provocando una subida de la temperatura corporal.
- Vómitos: son muy comunes. Si presentan un color amarillento o incluso sanguinolento, es probable que tenga parvovirus.
- Diarrea: al igual que los vómitos, si sus heces son blandas y además hay restos de sangre, es porque su salud se ha debilitado.
- Pérdida de apetito: puede pasarse varios minutos delante del comedero sin comer nada.
- Secreción nasal: las secreciones nasales son muy habituales, por lo que si además vienen acompañadas de los síntomas mencionados, habrá que preocuparse.
- Deshidratación: al vomitar y tener diarrea, la pérdida de agua es notable.
Si tu gato presenta varios de los síntomas, hay que acudir lo más pronto posible al veterinario para que lo examine y le ponga el tratamiento más adecuado. Sólo así podrá recuperarse.