Cómo evitar el miedo al veterinario en los gatos

Gato en el veterinario

De vez en cuando tendremos que llevar a nuestro peludo a su médico para que lo examine y lo trate si es necesario. Pero ir a la clínica o al hospital no le gustará nada. El olor es muy distinto al que percibe en su hogar y el ambiente es muy estresante para él, y a veces también para su humano. ¿Qué podemos hacer?

Para tratar de que se sienta algo más relajado, te voy a decir cómo evitar el miedo al veterinario en los gatos.

Pide cita en tu veterinario

Lo primero que hay que hacer es pedir una cita en el veterinario. Puede parecer algo lógico, pero en según qué clínicas puedes ir a la hora que quieras, y esto para el gato puede suponer un estrés añadido ya que a menudo va mucha gente a estos centros veterinarios, con lo que tendremos que esperar a que nos pueda atender.

Sin embargo, si pedimos una cita, sabremos que nos atenderá a la hora que nos haya dicho, por lo que pasaremos mucho menos tiempo allí y nuestro peludo no se sentirá tan mal.

No uses la palabra veterinario, vacuna ni curación

El gato es un animal muy inteligente, que no tardará en asociar cualquiera de las palabras mencionadas con ese sitio donde lo manipula un hombre o una mujer veterinario/a.

Obviamente, a veces habrá que usarlas, pero hay que intentar otras como sanación en vez de vacunación para evitar que las asocie con la clínica o el hospital donde lo tratan.

Pulveriza con Feliway su transportín

Feliway es un producto que ayuda a relajar al gato. Es muy eficaz en situaciones donde el animal se puede sentir muy estresado, como durante los viajes, las mudanzas, la llegada de un nuevo miembro a la familia,… o cuando hay que ir al veterinario.

Tan sólo tenemos que pulverizar su transportín 30 minutos antes de salir, y enseguida veremos como se relaja.

Calma al gato mientras esperáis

Una vez allí, el gato sabrá perfectamente donde se encuentra, por lo que antes de que sienta miedo, hay que tratar de calmarlo. Para evitar problemas es mejor que lo dejemos dentro del transportín, ya que si lo sacáramos podría salir corriendo.

Así pues, lo que haremos será hablarle en un tono de voz suave, como si le habláramos a un niño pequeño.

Premia su buen comportamiento

Durante la consulta (y después) debemos de premiar su buen comportamiento, ya sea con palabras bonitas, caricias y/o con golosinas para gatos. De esta manera, conseguiremos que asocie el veterinario con algo muy positivo.

Gatito en veterinario

Espero que estos consejos te sirvan para que tu peludo no sienta miedo (o no tanto) cada vez que va al veterinario 🙂 .


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  1.   Monica Sanchez dijo

    Gracias por tus palabras, Coralia 🙂
    La carne, lo ideal sería dársela cruda. Piensa que esa carne es para consumo humano y tiene que pasar, sí o sí, diversos controles. Aún así, y por si acaso, yo siempre prefiero cocerla un poco. Al estar más hecha parece que se lo comen mejor.
    El caldo de pollo se puede usar para ablandarla, sí.
    Un saludo.