Cómo educar a un gato

Gato gris

Hasta hace pocos años, y todavía hoy, se usaban métodos que, más que ayudar al gato, empeoraban la situación, ya que lo volvían un animal inseguro, que le tenía miedo a la persona que se suponía debería de cuidarlo y, por lo tanto, no sólo hacía sus necesidades fuera de la bandeja, sino que además podía volverse agresivo fruto del miedo y de la inseguridad que sentía.

Restregarle el morro por la orina, pulverizarlo con agua, darle un toque (o pegarle) con un periódico u otro objeto, etc. son métodos que no funcionan y que no han funcionado nunca. Evidentemente, si vemos que su vida puede estar en peligro, por ejemplo, si está a punto de saltar por la ventana, entonces sí que haremos lo que sea para alejarlo de esa situación, pero por lo demás, es importante saber cómo educar a un gato.

Los gatos no entienden los castigos físicos y, como digo, sólo habrá que recurrir a acciones un poco »violentas» en caso de que la vida del animal esté en peligro y, aún así, siempre es mejor evitar llegar a esa situación; quiero decir, hay que tratar de tener las ventanas y puertas cerradas, y guardar todos los productos que puedan ser tóxicos para él, como que se usan para limpiar la casa o los platos.

Así pues, ¿cómo se educa a un gato? Siempre con respecto hacia el animal que tenemos en casa, y con mucho cariño. No debe de faltar ni uno ni otro, puesto que de lo contrario tardaríamos más tiempo en ver resultados.

Gato prestando atención

Por ejemplo, para enseñarle a usar la bandeja de arena, debemos colocar ésta en una habitación tranquila, y llevarlo allí después de que haya terminado de comer o cada vez que veamos que quiere hacer sus necesidades, esto es, si empieza a dar vueltas en una pequeña zona, oliéndola, como si buscara el mejor sitio.

Para que no nos muerda ni nos arañe, debemos de evitar jugar con nuestras manos. Las manos sólo deben servir para acariciar al animal, no como juguete. Los cachorros jóvenes no hacen mucho daño, pero hay que pensar que cuando crezcan, su mordisco y sus arañazos serán más intensos. Así pues, si tu gato te muerde o te araña, detén inmediatamente el juego e ignórale un tiempo. Poco a poco aprenderá que no puede hacerlo.

Mucho ánimo.


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