Cómo atrapar a un gato callejero

Gato callejero negro

Los gatos callejeros son animales que viven en la calle, al margen de la población humana. Si bien se están tomando medidas para reducir el número de peludos abandonados, la realidad es que aún estamos muy lejos de poder dejar de hablar de este problema que tanto les afecta.

Cuando cuidamos de una colonia felina, o cuando nos encontramos a uno que necesita ayuda, es importante estar preparados y saber cómo atrapar a un gato callejero.

Una manera de hacerlo bien, es decir, consiguiendo que el animal no se sienta incómodo o con miedo, es la de lograr que te coja confianza antes. Si el gato está por ejemplo entre unos matorrales, es muy importante no ir tras él demasiado rápido, pues sólo lo asustaríamos y lo más probable es que se terminase yendo del lugar. Tampoco será necesario que le hablemos (no suele funcionar, pues los gatos en esa situación no suelen escucharnos), pero si por lo que sea le quieres decir algo, utiliza un tono de voz suave, y háblale casi en susurros: sólo así se podría llegar a calmar.

Otro punto que hay que tener muy en cuenta es que no podemos hacer movimientos bruscos, ni mucho menos gritarle. Este comportamiento sólo provocaría que el gato se alejara de nosotros. Así que, ¿cómo atrapar a un gato callejero?

Gato callejero

Para lograrlo, lo observaremos durante unos minutos. Si podemos, es muy recomendable que nos vea con comida, que iremos esparciando por donde se encuentre. De esta manera, nos será mucho más fácil que confíe en nosotros. Ahora bien, si está enfermo, colocaremos directamente la jaula-trampa para gatos cerca de él, donde habremos puesto una lata de comida abierta para que se sienta atraído por el olor, y nos marcharemos.

Una vez que lo hayas podido atrapar, cubre la jaula con un trapo para que esté tranquilo y llévalo al veterinario para que lo examine.

Atrapar a un gato callejero puede llevar tiempo, pero con paciencia lo podrás conseguir 😉 .


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  1.   Mercè dijo

    Van 2 veces que en poco tiempo me he encontrado dos gatos, en lugares distintos de la población.
    Casi seguro que habían sido abandonados, ambos eran machos, y en celo. Me dieron mucha pena, porque uno estaba pasando frio, se le notaba que era casero, estaba bien cuidado, se acercó a mí maullando, era cariñoso, pobrecito.
    Como ya tengo 9, no podía rescatarlo, así que se lo comuniqué a un coche patrulla que vi por la zona.
    El otro también estaba en celo, estaba debajo de un coche porque llovía, también parecía bien cuidado.
    Éste lo comenté a la protectora de El Prat.
    La zona donde me ayudaron a coger la gata que tengo, era un lugar donde pasaban bastantes camiones de una obra. Hay varios gatos por allí, que pasan de un campo a unos huertos.
    Les habíamos llevado comida alguna vez, sentíamos pánico cada vez que pasaba uno de aquellos camiones, hasta el suelo temblaba cuando pasaban, yo me volvía de espaldas por si acaso atropellaba a algún gato, a uno casi lo pilla un coche, pasó la rueda a un palmo de él. Nunca he comprendido porqué algunas personas aceleran cuando ven un gato.
    Unos hombres dijeron que había muchos, que a veces les daban comida cuando entraban en su patio. Les pedí que me ayudaran a coger uno para mi hija. Pusieron jamón en una caja de fruta en plan trampa y cayó esta gata, a la que ya había visto alguna vez comiendo. Tiene un hermano casi idéntico (es el que casi atropella el coche), hace algún mes todavía lo vi por allí. La protectora ya está al corriente, pero es lo que pasa, los gatos que son salvajes, unos se pueden domesticar y otros no. Ésta es desconfiada, pero se deja acariciar, cepillar que le encanta, pero no coger en brazos.
    Uno de sus hijos, la “balinesa” es tan, tan tranquila, que le llamamos el gato de goma, mi hija la coge, se la pone en el cuello de bufanda y ni se inmuta. La abrazas así o asá y se queda tan tranquila. Lo curioso es que ante extraños casi ni se deja coger.
    En otro lugar había una madre con 4 gatitos, mucha gente les visitaba para darles de comer, daba pena ver los gatitos pequeñitos, pero tenían miedo, y cuando la gente que les daba de comer habitualmente se les acercaba, estos se escondían.
    Contacté con una exprotectora, le dije que junto al Decathlon de Villanova i la Geltrú, hay una tienda muy grande de mascotas, en donde tienen una jaula con gatitos para adoptar. Se podrían haber cogido y llevado allí. No sé qué se hizo al final.
    Lo que está claro, es que darles comida es la mejor manera de que sean tus amigos y quieran venir contigo. Luego hay que llevarlos al veterinario para revisión y todo lo necesario. A la mía le puse chip, dejó de ser callejera 😉 ya tiene un hogar, dulce hogar.
    Cuando llueve, la miro y le digo; Qué bien estás aquí ¿eh? Y cierra los ojos asintiendo.

    1.    Monica Sanchez dijo

      Sí, puede ser toda una odisea atrapar a un gato, tanto si es adulto callejero como si es todavía un cachorro. Pero al final, si ese gato tiene que ser para ti, sólo será cuestión de tiempo que se deje coger. 🙂