¿Cómo evitar la agresión en gatos?

Gato enfadado

Los gatos son, aunque a veces puede costar creerlo, pacíficos. Ellos saben que poseen unas garras y unos dientes lo suficientemente fuertes como para causar mucho daño, así que siempre suelen evitar pelearse con otros de su especie ya que de lo contrario podrían terminar con heridas importantes.

Por este motivo, la agresión en gatos que viven con los humanos está causada, la mayoría de las veces, por aquellos que los cuidan. ¿Hay alguna manera de evitarla? Por supuesto, y es la que te vamos a decir a continuación.

¿Por qué agreden los gatos?

Gato enfadado

Por lo general se muestran tranquilos, pero si hay algo que les incomoda pueden llegar a agredir. A los gatos les gusta tenerlo todo controlado, de ahí que todos los días dediquen un tiempo a pasar rozando por las sillas, las piernas humanas, los objetos,… en definitiva, por todo lo que consideran suyo. Además, son animales de costumbres al que no les gustan los cambios, hasta el punto de que pueden sentirse muy mal sólo por haber cambiado el sofá (por ejemplo) de sitio.

Así pues, son varios los motivos por los cuales estos peludos pueden responder violentamente:

  • Llegada de un nuevo miembro del hogar: el nuevo familiar, sea perro, gato, humano, etc. tiene un olor que les es desconocido. Si no se hacen bien las presentaciones, es decir, si no se respeta a los gatos que ya teníamos en casa y se les deja su espacio hasta que acepten al nuevo miembro, podrían actuar de mala manera.
  • Se sienten amenazados: puede ocurrir cuando una persona obliga a sus gatos a estar en su regazo cuando ellos no quieren, o cuando otro animal acosa a otro. En cualquiera de los dos casos, hay que observar a los animales: si gruñen, bufan, se les eriza el pelo, abren bien los ojos, y/o enseñan los dientes, hay que actuar, o dejándolos libres o bien cogiendo a un gato y llevárselo a una habitación el que pueda estar él solo, tranquilo.
  • Ambiente tenso: es normal que a lo largo de nuestra vida pasemos por momentos buenos y otros no tan buenos. Llevamos una vida muy ajetreada, y esto, debemos saber, puede afectar a nuestros gatos. Para evitarlo, es importante que tratemos de estar lo más calmados posible. Si es necesario, podremos empezar a tomar infusiones (la tila puede ayudarnos a estar más relajados), hacer ejercicios de respiración, practicar yoga o meditación, escuchar música relajante, escribir, dibujar… Cualquier cosa que nos distraiga de los problemas nos ayudará a combatir el estrés, y de paso, nuestra relación con nuestros amigos mejorará por sí sola 😉 .
  • Malos tratos: pegar a un animal no sólo es delito sino que además les causa muchos problemas. Un animal, independientemente del tipo que sea, que ha sido maltratado va a necesitar mucha, mucha ayuda para sobreponerse y volver a confiar en los humanos a quienes podría agredir por miedo.
  • Los hemos asustado »por sorpresa»: pueden arañarnos y/o mordernos si los hemos asustado por sorpresa, ya sea poniéndoles sin que se den cuenta un pepino detrás suyo, o cualquier otra cosa. Como hemos comentado, los gatos necesitan tener su territorio controlado; así se mantienen seguros. Si les ponemos algo detrás, cuando se giren lo van a pasar mal. Así, lo que podría parecernos una escena divertida, para ellos es un momento que desearían no haber vivido.
  • Hemos usado alguna parte de nuestro cuerpo como juguete: cuando son gatitos, puede que no nos hagan mucho daño, pero hay que pensar que crecen y que, una vez que son adultos, continuarán haciendo lo que aprendieron de pequeños. Si cuando son bebés les dejamos que nos muerdan o nos arañen, de mayores nos seguirán agrediendo. Por ello, es muy importante poner siempre un juguete entre nuestra mano y ellos para que aprendan a morder el juguete y no a nosotros.
    Si nos muerde y/o araña, detendremos el juego inmediatamente y nos alejaremos. Si nos ha cogido la mano o el pie con sus patas, no lo moveremos; así lo soltará. NUNCA hay que pegarles ni gritarles. Ello sólo los asustaría y les haría desconfiar de nosotros.
  • Sienten dolor en alguna parte de su cuerpo: es una de las causas que no se puede descartar. Cuando sienten dolor, o cuando se están recuperando de una operación, pueden reaccionar mal. En estos casos, lo mejor que podemos hacer es ser pacientes y evitar tocarles la zona donde les duele hasta que se hayan recuperado.

¿Cómo evitar la agresión en gatos?

Gato y humano en la cama

La agresión en los gatos se puede evitar en muchas ocasiones. Lo único que tenemos que hacer es prestar mucha atención a su lenguaje corporal, y procurar que siempre tenga un espacio dentro del hogar al que pueda ir siempre que necesite desestresarse. También es muy recomendable -sólo si se vive en el campo o en una zona en la que pasan muy pocos coches- permitir que salgan al exterior, ya que así podrán permanecer fuera el tiempo que necesiten y regresar cuando se sientan mejor.

Una alternativa a dejarlos salir fuera sería enseñarlos a ir con arnés (en este artículo te explicamos cómo hacerlo). Pero hay que tener en cuenta que las zonas por donde se vaya han de ser seguras, lo que significa que no debe de haber apenas tráfico.

Otra opción aún mejor (y más segura) es la de dedicarles tiempo. Tener gatos no significa (o no debería) darles sólo de comer y de beber, sino que la responsabilidad que tenemos para con ellos desde el primer momento en el que llegan a casa es mucho más grande que eso. Estos peludos necesitan jugar, recibir cariño (caricias, besos, palabras bonitas), y que se esté con ellos todo el tiempo que sea posible, tanto si están sanos como si están enfermos.

Sólo con eso, con respeto, paciencia y, sobretodo, cariño podremos evitar que nos agredan o que se agredan entre ellos, haciendo que la convivencia sea agradable para todos.

Gato dándole la pata a un humano

Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad y hayas podido aprender más sobre los gatos, su comportamiento y su educación 🙂 .


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  1.   mariela dijo

    Hola Mónica. Gracias por tu publicación tan útil. Hace unos meses adopté una gatita por primera vez en mi vida, pero para poder tomar esa decisión tuve que vencer muchos miedos y prejuicios que me habían instaurado porque mi familia de origen odia a los gatos. En poco tiempo mi gata ha llegado a ser una compañera muy importante, pero aún debo luchar contra mi inseguridad. Me ayuda muchísimo saber que hay personas como vos que saben amar y comprender que los animales somos todos distintos! Esta intro la hago para que sepas comprender mi ignorancia y mis temores. Tu publicación me viene justo porque ayer mi gata de cuatro meses me mordió muy fuerte aunque más me impactó que me haya hincado los dientes como si fuera su enemiga. Si bien entiendo la reacción del animal la verdad que me sentí afligida. Ella tiene la mala costumbre de cruzarse en mi camino entre mis piernas o acostarse por el pasillo, más de una vez creí que me iba a hacer caer más el susto de patearla sin querer pero ella no se asusta de nada. Ayer lamentablemente le pisé la cola, obviamente no la ví, yo estaba haciendo labores domésticas, estaba cargando cosas y el lugar de paso era muy angosto, aparentemente estaba debajo de un mueble, yo vi parte de su cuerpo por un microsegundo pero mi pie ya había bajado, no pude reaccionar, pero tampoco le apoyé el pie más de un segundo y ella ni siquiera hizo un ruido de advertencia… No pude ver cuando me mordía sólo sentí una presión y un ardor muy fuerte en el empeine y el talón, todavía me arde…No la castigué porque entiendo que fue un mal entendido pero me impresionó que se halla prendido con tantas ganas cuando es obvio que fue un accidente…quiero decir yo no la amenacé, no la perseguí ni la acorralé, ella jugó al límite y no se corrió a tiempo, por lo tanto me imagino que sabe que no soy su enemiga, de hecho pasamos mucho tiempo juntas, yo le hago mimos y juego con ella, somos muy unidas o al menos eso pretendía yo. Ya sé que la cola de los gatos «es sagrada» pero también es sagrada la confianza que construímos y poner un pie debajo de un mueble y sentir que tu propia mascota que es como una hija te ataque sin aviso previo para mí fue una decepción. Hoy estamos bien pero se sigue metiendo en mi camino como si nada, me preocupa que vuelva a pasar. Además si bien ayer no la castigué por morderme si pasa de nuevo algo tendré que hacer. Tengo que ponerle límites porque si es así a los cuatro meses, ¿cómo será después?

    1.    Monica Sanchez dijo

      Hola Mariela.
      Entiendo tu preocupación, pero también me gustaría decirte algo: es un cachorro y necesita aprender.
      Los gatitos con cuatro meses hacen eso: se esconden, muerden, persiguen cosas,… Mi gatita va a cumplir 7 meses y todavía está aprendiendo que hay cosas que no puede hacer.
      Hay que tener mucha, mucha paciencia, sobretodo cuando son tan jóvenes. Y, por supuesto, hay que ponerles límites y no dejar que nos muerdan ni nos arañen. ¿Cómo se consigue eso? Con una buena dosis de paciencia, y con un juguete. Siempre hay que intentar tener un juguete cerca cuando se está con ellos, para que cuando les dé por jugar con alguna parte de nuestro cuerpo podamos ponerle el juguete delante para que juegue con él. En el caso de que nos haga daño, detendremos el juego y nos alejaremos.
      Habrá que hacer muchas repeticiones a lo largo del día y de los meses, pero al final conseguiremos que se porten bien.
      Un saludo.

  2.   Monica Sanchez dijo

    Me alegro de que te guste, Coralia. 🙂