Convulsiones en gatos, ¿qué hacer?

Si hay un síntoma que pueda tener nuestro peludo que nos haga sentir realmente mal por no saber qué hacer para ayudarlo, ese es el de las convulsiones. Cuando aparece, el animal lo pasa tan mal y se siente tan incómodo, que lo primero que queremos es ayudarle.

Pero hay que saber lo que se puede hacer y lo que no, por lo que te vamos a explicar qué son las convulsiones en gatos y qué hacer en caso de una crisis.

¿Qué son las convulsiones?

Las convulsiones son una serie de movimientos repetitivos e incontrolables que se producen por la alteración del funcionamiento normal del cerebro. Dicho de otro modo, estos movimientos surgen cuando las neuronas reciben una excitación mayor de la que pueden soportar, lo que provoca descargas eléctricas anormales en el cerebro del animal afectado.

No se ha de confundir con la epilepsia. Ésta es una enfermedad que se da por sí sola y es crónica, mientras que las convulsiones son un síntoma de otra patología, de ahí que resulte tan importante hacer un examen completo al gato para ponerle el tratamiento adecuado.

¿Cuáles son los síntomas?

Las convulsiones pueden presentarse de distintas maneras, siendo los síntomas o signos más comunes los siguientes:

  • Pérdida de la consciencia
  • Movimientos descontrolados
  • Cuerpo rígido
  • Salivación o babeo
  • Defecación y micción

Las crisis pueden durar de 2 a 3 minutos, durante los cuales el gato puede hacer dos cosas: esconderse o atraer la atención de su cuidador. En cualquier caso, siempre que veamos un comportamiento anómalo hay que acudir inmediatamente al veterinario.

¿Qué hacer?

Si tu gato tiene una convulsión, es muy importante mantener la calma. Sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, pero es necesario para evitar que se sienta más estresado. Asimismo, debes retirar cualquier objeto que pueda lastimarle, y no lo envuelvas con nada pues de lo contrario podrías hacerle daño.

Además, no hay que darle comida ni agua durante una crisis. Al estar inconsciente podría atragantarse. Y, por encima de todo, nunca hay que automedicarlo pues los medicamentos para humanos son peligrosos para él.

Siempre consulta con un veterinario antes de tratarlo.

Esperamos que estos consejos te sean de utilidad.


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